STAR WARS EP. 5: EL IMPERIO
EL IMPERIO DESAFINA
Algunas cosas que dice el atrayente personaje son válidas: “el enemigo se agazapa en uno mismo en la forma del temor, la ira y la agresión… si usas la Fuerza puedes ver el futuro y el pasado, puedes leer las mentes, levitar y mover los objetos… y a fin de lograrlo debes tener en claro que tratar de hacer algo no sirve; se hace o no se hace”.
RALPH MCQUARRIE
-YODA-
JOE JOHNSTON
Si bien Joe Johnston es un invaluable diseñador de astronaves y tecnología futurista, su visión a la hora de crear la imagen de Yoda, incluso sus versiones "Papá Pitufo" y "Gnomo navideño", dejan bastante que desear. Suerte que estaban Ralph McQuarrie y Frank Oz dentro del plantel de producción.
CONTRAATACA (2º Entrega)
La Guerra de las Galaxias V: El Imperio Contraataca (Star Wars V: The Empire Strikes Back- Irving Kershner) está considerada como la mejor de la saga. El clima dramático impuesto en su guión escrito por George Lucas, Lawrence Kasdan y Leigh Brackett (bastante alejado de la primera entrega) dotó al film de una dimensión un poco más oscura de lo que había sido mostrado en la anterior producción. Sin duda alguna, la frase: “Luke, yo soy tu padre” se ha transformado en una de las más famosas y recordadas de la cinematografía hollywoodense.
Pero, en el momento de su estreno, no todo la vieron de esa manera… sobre todo los críticos, esos cineastas fracasados que se encargan de intelectualizar de manera harto ridícula un arte que fue creado para la simple diversión y solaz de los espectadores.
Y para muestra sobra un botón. El artículo que van a leer a continuación fue publicado originalmente en la extinta revista Mutantia: Zona de lucidez implacable Nº 3 (Noviembre/Diciembre de 1980) y es una muestra cabal de lo limitados que son estos nefastos personajes.
Mientras los críticos se llenaban la boca de filosóficas palabras, George Lucas se llenaba los bolsillos de sucios dólares… cruel ironía de la existencia humana.
EL IMPERIO DESAFINA
Por Miguel Grinberg
George Lucas ofrece su segunda incursión a la guerra intergaláctica, sus “héroes” se vuelven más torpes, el “malo” Darth Vader termina siendo un pariente cercano de Luke Skywalker, Ben Kenobi recita desde el mundo inmaterial, Han Solo es congelado y despachado no se sabe a donde, C-3PO es hecho pedazos… y en medio del desastre surge un nuevo personaje, el Muppet llamado Yoda, un gurú oriental que lleva 800 años formando Caballero Jedi que ya no vienen como los de antes.
Ante El Imperio Contraataca, cronológicamente la segunda película de la serie de nueve iniciada con La Guerra de las Galaxias, surgen inevitablemente sensaciones ambivalentes. Que este nuevo film llegue o no a obtener las recaudaciones multimillonarias que logró su antecesor, es tema secundario. Aunque para tener un cuadro completo del asunto es preciso recordar que La Guerra de las Galaxias superó holgadamente a la película “record” de todos los tiempos (Tiburón), sobrepasando los 200 millones de dólares.
El cine originado en ese mítico barrio de Los Ángeles que el mundo conoce como Hollywood, forma parte inequívoca de una cultura –la de los Estados Unidos- que permea y moldea el pensamiento y el comportamiento de los países denominados “occidentales”, a la par de esta máquina de hipnotizar conocida como la televisión.
Tras la serie Star Wars, sin embargo, no se agazapa un clan de malévolos moldeadores de conducta, sino que se mueve holgadamente el director y productor George Lucas, uno de los nuevos zares del séptimo arte, a la par de individuos como Francis Ford Coppola y Steven Spielberg. La Guerra de las Galaxias (en verdad, primera parte de la segunda trilogía de esta historia) funcionaba según el estilo tradicional de Hollywood y de las historias estadounidenses: por un lado los muchachos buenos, por el otro los hombres malos, algunas peripecias adversas de los primeros, suspenso, y desenlace con el marcador favorable al Bien, o por lo menos a quienes aparentan encarnarlo. El Imperio Contraataca varía por completo las reglas de ese juego: tanto “los buenos” como “los malos” son bastante chambones, hay dos historias paralelas en vez de una sola, y en el momento culminante todo consiste en un no-final y en la promesa de “continuará”. Puesto que tomó 3 años producir El Imperio, para conocer a fondo y completamente los orígenes y el destino del asunto habrá que seguir esperando los episodios faltantes durante veinte años.
Sintéticamente: la Alianza Rebelde para restaurar la República se halla oculta en el planeta helado Hoth, el malvado Darth Vader los localiza mediante robots-sonda, y el Imperio contraataca. Al producirse la evacuación de Hoth, en el destartalado Millenium Falcon de Han Solo y el simiesco Chewbacca, huyen don esto la princesa Leia y el androide C-3PO. Por su parte, el héroe Luke Skywalker recibe las órdenes de una imagen holografiada de Ben Kenobi (desmaterializado por Darth Vader en la película previa) de enfilar hacia el planeta Dagobah, para encontrar a un tal Yoda, y hacia allá es acompañado por el robot Arturito.
A Leia y su minicorte todo les va mal y terminan en manos de Darth Vader, no tanto por genialidad del malvado sino porque todo les sale al revés. Todas sus peripecias son de poco interés aquí. En cambio, es por el lado de Luke donde la cosa tiene más jugo. Una vez que se encuentra con Yoda (una creación del papá de los Muppets, Frank Oz), ni más ni menos que el gurú de los legendarios Caballeros Jedi (Ben Kenobi, Darth Vader y como nos contaron en Galaxias, también el papá de Luke, que según Kenobi había muerto), Luke inicia los ritos para convertirse en Jedi. Y es precisamente aquí donde se magnifican las ambivalencias.
En el mismo, El Imperio Contraataca va técnicamente mucho más lejos que La Guerra de las Galaxias. Temáticamente, no va. Porque si bien aparenta significar el derrumbe de la civilización occidental, ni cala hondo en el fenómeno propiamente dicho, ni el orientalismo de Yoda va más allá de unos pocos estereotipos metafísicos.
-TIE Bomber (Joe Johnston)- |
Todo ello, en el contexto de una fantasía galáctica, queda bastante descolgado, porque enemigos hay también fuera de uno mismo, y porque el enfoque espiritual así propuesto queda también en el aire, ya que Luke ni fracasa ni triunfa en su entrenamiento Jedi: se va en la mitad para procurar el rescate de sus amigos.
Así como la trivialidad que domina las aventuras generales es compensada por un asombroso despliegue de trucos visuales e invenciones técnicas, así la presunta trascendencia de Yoda es socavada por el insoportable atolondramiento de Luke.
Y en la platea, otro capítulo más del consumo pasivo de imágenes que nada enseñan. Desde que en 1973 La Aventura del Poseidón inició la moda del cine catástrofe seguida luego por Infierno en la Torre, Terremoto y mil más… y después que El Exorcista y Tiburón establecieron parámetros igualmente exitosos del cine-horror… el espacio exterior ha dado campo para otra ola de productos cinematográficos absorbidos por la multitudes que viven agobiadas por la inflación (también 1973 fue el punto de partida de la crisis petrolera) y las malas noticias bélicas.
Así como el cine-horror ha estado cauterizando las sensaciones del público occidental (a su vez narcotizados por las nimiedades de la TV), tras el exitoso operativo Encuentros Cercanos del Tercer Tipo que situó la máxima expectativa extraterrestres (con una nueva versión a la vista), ahora El Imperio Contraataca se apodera de la filosofía oriental para proponer una especie de Kung Fu intergaláctico donde los humanos son cada vez más mecánicos e incompetentes y donde las máquinas son cada vez más vulnerables y falibles como los humanos. Finalmente, no hay victorias ni derrotas, no hay desenlace ni hogar al cual regresar. ¿Acaso será ésta la doctrina última de la Sociedad Tecnotrónica? Entretanto, 5 de octubre de 1980, Irak e irán se bombardean mutuamente sobre ese mismo petróleo que esta civilización ha estado usando como combustible supremo.
Más acá de Yoda (instructor de Jedis durante 800 años), más acá de Darth Vader–Señor Oscuro de Sith y líder de las fuerzas imperiales- y más acá de los chapuceros guerreros de la princesa Leia… que desafinan cada cual a su manera (George Lucas hace lo que puede), estamos nosotros en la penumbra del cine como “vampiros inmóviles”, según palabras de Jim Morrison. El Imperio desafina… todos los imperios desafinan tarde o temprano. Allí está la historia de la humanidad para corroborarlo.
Se ha remarcado que “las máquinas son fáciles de destruir. Los seres humanos, cuando son seducidos para comportarse como máquinas o para pensar de manera mecánica, también son fácilmente eliminables. Lo vemos no solamente en la película sino en la tecnocracia del siglo veinte que la película refleja”. Yoda no llega a decirlo: el amigo también está en nosotros. Y fuera de nosotros. Y afinar es cosa de humanos, no de androides o héroes de película.
-GALERIA DE IMÁGENES-
-STAR DESTROYER-
RALPH MCQUARRIE
-YODA-
JOE JOHNSTON
Si bien Joe Johnston es un invaluable diseñador de astronaves y tecnología futurista, su visión a la hora de crear la imagen de Yoda, incluso sus versiones "Papá Pitufo" y "Gnomo navideño", dejan bastante que desear. Suerte que estaban Ralph McQuarrie y Frank Oz dentro del plantel de producción.
JOE JOHNSTON