JOSÉ LUIS SALINAS: MADE IN ARGENTINA

No habiendo cursado estudios profesionales de dibujo, José Luis Salinas (1908-1985) se transformó en uno de los grandes ilustradores de su tiempo, llegando a ser comparado a otros grandes como Stan Drake (El Corazón de Julieta Jones), Alex Raymond (Flash Gordon/Rip Kirby) y Harold Foster (El Príncipe Valiente).

Luego de un pequeño paso por Editorial Columba, Salinas se dedicó a trabajar en publicidad. En 1936 recaló en las páginas de la señera revista "Patoruzú" de la Editorial Dante Quinterno con una de sus mejores obras: Hernán el Corsario.

Posteriormente realizaría una serie de adaptaciones de novelas famosas de Alejandro Dumas (Los Tres Mosqueteros), Edgard R. Hagard (Las Minas del Rey Salomón y Ella, Ayesha), Rudyard Kipling (El Libro de las Tierras Vírgenes), Emilio Salgari (El Capitán Tormenta y La Costa de Marfil), Julio Verne (Miguel Strogoff) y otros para la revista “El Hogar”. A diferencia de lo que se hacía normalmente, Salinas hacía las ilustraciones y posteriormente, José De España se encargaba de agregar los textos.

Pero, en 1949, le llegaría la oportunidad de alcanzar fama mundial cuando comenzó a trabajar para el King Features Syndicate. Allí, junto al guionista Rod Reed, se encargaría de dibujar otro de sus grandes logros: The Cisco Kid, el cual fue publicado nada menos que en 360 diarios de todo el mundo entre 1951 y 1968. Dicha historieta fue también publicada en la Argentina en el diario La Razón y en la revista "Patoruzito", siendo adaptada al formato de la revista por Leonardo Wadel.

En 1971, con guiones de Alfredo Julio Grassi, dibujó la tira Dick el Artillero y trabajó como ilustrador para la editorial inglesa Fleetway.

Posteriormente se dedicaría de lleno a la ilustración, con diferentes temáticas como uniformes militares, ropajes antiguos y diferentes personajes literarios, los cuales pudieron ser admirados en la revista "Anteojito" y otras publicaciones de García Ferré.

Sus dibujos se caracterizan por su profundo detallismo y una adecuada información histórico-cultural. Sus trazos y el uso de los tonos grises han sido considerados muy superiores a los realizados por Alex Raymond.

En el año 1976 recibiría el famoso premio Yellow Kid a su enorme trayectoria artística. Un más que digno homenaje para uno de los grandes maestros de la historieta argentina.

JOSE LUIS SALINAS: SEÑOR DE LA HISTORIETA Y DE LA ILUSTRACIÓN

Artículo publicado en la revista Dibujantes: revista informativa y de orientación Nº 3 –Noviembre de 1953-

Puestos ante la situación de presentar a José Luis Salinas todos los colegas amigos, nos encontramos en la situación paradojal de enfrentarnos ante una situación fácil y difícil a la vez.

Fácil porque nos bastaría decir: "Aquí tienen ustedes a José Luis Salinas", y lo que dijéramos de más estaría, precisamente, de más. Difícil, porque si en esta presentación queremos, como nos lo hemos propuesto, transmitir a los colegas amigos las impresiones recogidas en la visita realizada al maestro de la historieta y la ilustración, entonces el cronista se ve en figurillas porque no sabe por dónde comenzar.

Es que ante una figura de la talla gigantesca de José Luis Salinas, sin lugar a dudas. Uno de los primeros dibujantes en el mundo en los momentos actuales, no se sabe por cuál arista comenzar a "atacar".

Meditamos unos instantes y comenzamos por remontarnos a aquellos dos años de 1927 y 1928, donde nos encontramos con el joven José Luis viviendo la monótona vida de una oficina entre biblioratos y cartapacios.

Un día, no podemos precisar cómo ni cuando, una chispa se encendió en medio de esa monotonía, chispa que con el andar del tiempo se convirtió en la llama que fue, a partir de esos momentos, la razón de su existencia y la piedra angular de un hogar modelo.

Y así es como, ya decidido a consagrar su vida a lo que es la razón fundamental de la misma, abandona los cartapacios y los biblioratos y comienza a colaborar en "Páginas de Columba". Lo demás, fue lo de menos.

Trabajar infatigable y entusiastamente. Desde ningún punto de vista se conforma con lo que va realizando. Y así es como, podemos decir que el 2 de noviembre de 1936 se inicia definitivamente una carrera meteórica y espectacular que lo llevará en brevísimo lapso a la posición que hoy ocupa. En esa fecha apareció en "Patoruzú" la primera tira de su inolvidable serie "Hernán el Corsario".

Los dibujos de esa historieta no sólo asombran al público sino también a los profesionales colegas por cuanto su confección revela a un talento capaz no sólo de emular sino también de superar a los maestros de la historieta norteamericanos.

Aparte de que esa tira de "Hernán el Corsario" fue —digámoslo así— el primer peldaño de su espectacular carrera, tiene para José Luis Salinas otro matiz sentimental, que hace que la recuerde con cariño y emoción: En esos días su pequeño hijito Alberto corre serio peligro a causa de una peritonitis declarada.

En esos días José Luis dibuja en el sanatorio, con la angustia consiguiente. Esa angustia se refleja en los trazos de aquellos primeros dibujos; así como poco después, pasado ya el peligro, la alegría y el optimismo vuelven a reflejarse en las nuevas historietas. ¡Son días inolvidables!

El pequeño Alberto sigue creciendo. Sin que el padre haga nada por aplaudirlo ni por desviarlo, comienza a revelarse como un digno sucesor de su arte. Nos muestran una tira dibujada a los once años de edad por Alberto Salinas. Y ambos ríen de buena gana, tanto por los dibujos como por el vocabulario de los protagonistas.

José Luis Salinas tiene dos amores: su hogar y el dibujo; y un “Hobby”. El “Hobby” de José Luis Salinas no es uno de los habituales: coleccionar estampillas, tapitas corona, cajas de fósforos, frasquitos de perfume ni etiquetas de hoteles. Nada de eso. Se trata de algo verdaderamente interesante y muy artístico, por cierto.

Posee José Luis Salinas un batallón como no hemos visto otro, de siluetas pintadas, lógicamente por él, y a caballo, representando todos los uniformes militares del ejército de Napoleón. Incluso posee una silueta del gran corso, en una copia que se nos antoja sacada del natural.

Cada una de ellas, soldados y caballos, es una verdadera fotografía en miniatura, más que una fotografía, diríamos que es una obra de arte. Decimos sin el más mínimo temor de pecar de exagerados que cualquiera de estas siluetas puede figurar honrosamente en una vitrina de joyas.

Esto es José Luis Salinas. Esposo ejemplar, padre maravilloso y artista en todo el sentido del vocablo. Siguiendo su trayectoria, compruébase cuánto vale la perseverancia en el progreso de los hombres. Estudiándolo, se valoran los esfuerzos, y comprendiéndolo, se conciben los triunfos. Esos triunfos, que desde la mesa de trabajo, también ayudan a hacer grande y próspera la Patria.

José Luis Salinas, queda en la puerta de calle tendiéndonos su amplia y cordial sonrisa. Al salir, un afiche con su firma, que brilla en un tranvía, flota en la luminosidad de la tarde como un estandarte de su popularidad.

-GALERIA DE IMÁGENES-

HERNAN, EL CORSARIO

Hernan, el corsario está considerada como la primera historieta de aventuras que se publicó en la Argentina. Su estilo, fuertemente influenciado por el trabajo de Harold Foster, fue creciendo a lo largo de los años gracias al buen hacer de su creador que sabía manejar el sentido de la aventura ya desde la imagen misma, sin necesidad de agregar argumento alguno.

THE CISCO KID

José Luis Salinas fue el primer dibujante argentino en recalar profesionalmente en los EE.UU. Posteriormente, volvería a la Argentina y trabajaría en base a los guiones que le iban mandando desde el país del norte. Publicado en más de 360 diarios de todo el mundo, terminaría su andadura en 1968.

ANIMALES

El dibujo de animales es una de las bazas más importantes en la carrera profesional de este eximio creador, llegando a superar ampliamente a los trabajos de quien fuera su fuente inspiradora: Harold Foster.

Los trabajos que hay a continuación son bocetos realizados de memoria, sin la necesidad de un modelo previo ¡Un genio!

HISTORIA

José Luis Salinas era un apasionado estudioso de los ropajes y uniformes de la antiguedad. Sus publicaciones fueron muy apreciadas por aquellos niños que leían las revistas Anteojito y Petete de la editorial de García Ferré.